Dia 3 (Mentalidad de Ganadores)

Los días que vivimos son apremiantes, es urgente una Iglesia despierta, que acelere el paso y abra brechas en medio de un sistema perverso anti Dios. No podemos bajar nuestros brazos, ni dejar de hacer lo que Dios nos ha mandado. Para lograr estos objetivos en Fuego contamos con “La Escalera del Éxito” y el primer escalón es “Ganar”.

Ganar es lo primero, es el detonante, es el iniciador, es el catalizador, lo que impulsa todos los demás escalones de nuestra escalera del éxito, es lo que nos da la materia prima para la formación de nuestros futuros discípulos. Ganar es indispensable para la consolidación, para el discipulado y el envío. La efectividad en el ganar dependerá de cuán osados, desafiados, atrevidos, entendidos seamos. 

Ganar es un arte que debemos desarrollar hasta convertirnos en profesionales en esta materia. Jesús vino a ganar personas para el Reino de Dios.

Mateo 4:19.

Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

Mateo 18:11

Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.

El modelo y la visión de nuestra casa es el modelo que Jesus aplico con los discípulos:

1. Dedicó tiempo para formar en sus discípulos la mentalidad de ganadores de personas. Mateo 18:11-14; Lucas15:3-32.

2. Les enseñó a ver correctamente a la gente. Juan 4:35.

3. Les enseñó a penetrar en los territorios. Lucas 10:1-12.

4. Los puso en contacto con personas diferentes, para que rompieran paradigmas (Juan 4:7-42.)

5. Les enseñó a priorizar a las personas, antes que a ellos mismos. Juan 9:13-17.

6. Les impartió de su Espíritu para que sean ganadores altamente efectivos. (Lucas 24:49; Hechos 2:14-41.)

Un ganador de almas debe tener una mente ganadora.

En otras palabras, debe tener la mente de Cristo, por eso dijo en Juan 17:12b “a los que me diste, yo los guardé y ninguno de ellos se perdió”. 

Un ganador no acepta la pérdida como normal, no mira para atrás cuando está arando (Lucas 9:62), no tiene como opción el abandonar, ni desertar (Hebreos 10:38-39), no renuncia, aunque el proceso sea largo, incomodo o exigente (2ª Corintios 4:17) y es paciente para alcanzar las promesas (Hebreos 6:12).

Un ganador de almas debe ser un estratega pescador.

Debe fijar un objetivo, es decir, ¡lo que desee ganar!

Jesús dijo en Mateo 15:24 …No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

Pablo escribió en Hechos 22:21 Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.

Debe estudiar su objetivo: hábitos, gustos, costumbres, ataduras, ciclos, y más. Pablo en Éfeso fue altamente efectivo porque conocía todo lo necesario acerca de sus habitantes, tantos judíos, como griegos.

Hechos 19:20. “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor”.

Debe definir la estrategia para ganar:

1ª Corintios 9:22 concluye: Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 

Por eso hay momentos donde se deben usan redes para pescar, pero en otros casos hay que usar anzuelos.

Todo líder debe entender que ganar es guerra espiritual.

Requiere oración, intercesión, predicación, unción, compasión, persistencia, fe, confesión.

Para arrancar a esa persona de la potestad de las tinieblas y trasladarla al reino del amado hijo Jesucristo, debemos atar al hombre fuerte en oración, para luego saquearlo, tener la ayuda del Espíritu Santo, quien convence de pecado, y la unción de Cristo para que el velo puesto por las tinieblas caiga y resplandezca la luz de las buenas noticias de salvación.